domingo, 13 de noviembre de 2011

Segunda victoria consecutiva

Necesitaba reafirmar el triunfo que logró una semana atrás en Olavarría. Y lo hizo con autoridad y una tarea que sin dudas dejó más cosas positivas que de las otras. Unión superó ayer a Huracán de Tres Arroyos por 3 a 0 en el Minella por la undécima fecha de la zona 2 del Torneo Argentino A, sumó su segunda victoria consecutiva y ahora mira el futuro de otra manera.


Por Patricio Mano

El conjunto de Zwicker hizo un buen trabajo en la primera etapa. Zwicker apostó ayer con Ezequiel Ceballos, Alejandro Aguirre y Miguel Alba desde el vamos. El caudal de juego que esos tres nombres le pueden dar a Unión, sumado a la propuesta del rival, a priori arriesgada, de venir a defender con una línea de tres en un estadio como el Minella, hacían presagiar un primer tiempo diferente al que finalmente se dio.


No porque el local no haya sido superior. De hecho lo fue, aunque con otros argumentos a los pensados en la previa. La sociedad entre el "Chango" Aguirre y "Trapito" Ceballos no apareció casi nunca.

O directamente no apareció. Pero la muy buena producción de Alba en los primeros 45 minutos le dieron a Unión el suficiente volumen de juego como para llegar seguido y con peligro al arco de Huracán.
El conjunto local estuvo cerca de abrir el marcador cuando apenas se llevaban jugados 6 minutos. Nicolás Gatto aprovechó un pase de Aguirre y, ante un quedo en el fondo visitante, definió por encima del arquero. Pero como el delantero apenas llegó a puntearla ante la salida de Alvarez, su remate no llevó mucha potencia y sobre la línea alcanzó a despejar Nahra.


Fue muy clara aquella posibilidad para Unión, que sólo tuvo un pequeño bache en la primera etapa, coincidente con el mejor momento del visitante. Huracán llegó dos veces, una con un remate de Gonzalo Fernández tras una buena jugada colectiva y otra con un cabezazo de Ochoa se fue por encima del travesaño.


Cuando se metió otra vez en el partido, Unión se adueñó de la pelota hasta el final. Gatto pudo convertir otra vez pero un defensor lo anticipó y la mandó al córner. De esa jugada, provino el gol. Alba ejecutó el tiro de esquina con precisión y Marcos Lamolla metió un buen cabezazo que pegó en el travesaño y se metió en el arco.


A partir de ese gol, Unión manejó el trámite con mucha tranquilidad. Alba no paró de asistir y dejó a Gatto primero y a Ceballos después de cara al gol, pero ambos fallaron en la definición.
Unión siguió siendo absoluto dominador en el arranque del complemento, aunque sin la frecuencia de llegadas del primer tiempo. De todos modos, cada vez que se aproximó, desnudó las enormes dificultades que presentó el fondo de Huracán.


Pero dio la sensación de que no aprovechó en ese lapso todas las posibilidades que su rival le ofreció a raíz de sus dudas. La conexión entre Ceballos y Aguirre siguió sin aparecer, más allá de algún "chispazo" individual de cada uno, Alba ya no pesó tanto como antes y Tello (una vez más, de buen rendimiento) tampoco subió tanto al ataque por derecha. Quizás por eso Zwicker, pasados los 20 minutos, buscó un cambio con el ingreso de Alvaro Klusener. Así y todo, sin las variantes que tuvo en la primera parte, Unión planteó siempre el partido en campo contrario.


Huracán encaró el complemento con demasiada tibieza. Apenas se soltó una vez en el ataque y fue con un remate desde lejos de Pablo Aguirre, que de todos modos exigió a Aldo Suárez, que la desvió de manera espectacular.


Probablemente, lo poco que ofreció el rival le permitió a Unión mantener la calma en todo momento. Hubo mucha diferencia entre la producción del elenco marplatense en una etapa y en la otra. Pero cuando esa imagen del equipo, de a poco, se fue desdibujando, aparecieron las individualidades para no ceder jamás el dominio.


Allí, Ezequiel Ceballos se cargó el equipo al hombro y revirtió una actuación personal que no venía bien. "Trapito" avisó con dos remates desde afuera del área que bien podrían haber ampliado la diferencia. El primero lo desvió el arquero Milton Alvarez y el otro pegó en el palo derecho. Y fue el gran protagonista de los minutos finales.


El ex Alvarado edificó una gran jugada para servirle el gol a Klusener a los 46 minutos y luego tuvo su premio en un contraataque, ya sobre el cierre del partido, para liquidar el asunto.


Así, el conjunto marplatense ratificó la victoria con autoridad y recuperó la imagen que desplegó en el primer tiempo. Pero por encima de todo, recuperó la confianza en el certamen. Con dos victorias consecutivas, ahora el futuro se perfila de otra manera.

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