martes, 10 de mayo de 2011

Le ganó a la historia.

El equipo marplatense goleó 3 a 0 a Talleres de Córdoba, un gigante de la categoría, y sumó puntos importantes de cara a la siguiente instancia. Gonzalo Klusener fue la gran figura con dos goles y una asistencia.

por Ricardo Juan

Unión se dio un gran gusto anoche, al golear por 3 a 0 a Talleres de Córdoba, un gigante del torneo Argentino A, en el estadio José María Minella, por la penúltima fecha del Nonagonal. El equipo marplatense exhibió una muy buena actuación colectiva, con elaboración de juego y proyección constante de sus laterales, para superar a un tibio rival. Y estableció la diferencia a partir de una gran actuación de Gonzalo Klusener. El goleador convirtió dos tantos de muy buena factura y asistió a Matías Arrúa para completar la fiesta. De esta manera, además de la categórica victoria, el elenco de Marcelo Zwicker -ya sin chances de ascender directamente- celebró la suma de tres puntos importantes de cara a la siguiente instancia del certamen, donde pugnará por el derecho a disputar una Promoción frente a un equipo del Nacional B.

Unión tuvo la iniciativa, ante un rival que presentó un esquema 4-4-1-1, aunque sin la intención de refugiarse cerca de su arco. Con su habitual idea de romper por los costados, el equipo marplatense encontró profundidad en sus primeros avances. El local explotó la banda izquierda con las subidas de Fraire, que supo aprovechar el callejón que le dejó Bastianini, ubicado más cerca de Alessandroni en el centro del campo. Sin Ceballos, Alejandro Aguirre tuvo su punto de partida en el sector izquierdo del mediocampo. El “Chango”, con libertad para soltarse como enganche, fue de menor a mayor en el partido.

Con la sorpresa de Fraire, Unión tuvo a los 8' su primera chance. El ex Atlético Rafaela llegó al fondo y envió un centro al que Klusener no supo darle dirección con su cabezazo.

Talleres buscó discutir la supremacía en la mitad de la cancha, sector donde Unión prevaleció por el mejor manejo de sus volantes. Los cordobeses, con Riaño como único punta, no fueron capaces de lastimar porque sus volantes nunca llegaron a acompañarlo. Así, la visita no tuvo peso ofensivo en todo el primer tiempo y sólo debió conformarse con un tiro de Riaño que se quedó en el “techo” del arco a los 3' y con un cabezazo de Ribonetto a los 20', que se fue apenas arriba.

Con el correr de los minutos, Unión encontró profundidad también por la derecha. Sandoval fue agresivo y Urquiza pasó constantemente al ataque para desdoblar y generarle inconvenientes a González Barón. El propio Urquiza, a los 24', metió una larga y, tras una grosera falla de Ribonetto, Klusener se quedó mano a mano ante Crivelli, pero el goleador definió muy alto y desperdició una ocasión muy clara.

Unión, de a poco, fue acumulando méritos para ponerse en ventaja. A los 32', Aguirre construyó una pared por izquierda con Arrúa. Pero el delantero, desde una buena posición adentro del área, elevó demasiado su remate de zurda.

No obstante, el equipo marplatense tuvo su premio antes de la finalización del primer tiempo. Y lo consiguió, nuevamente, a través del gran momento que atraviesa Klusener. A los 39', el goleador, capturó una pelota dividida tras un saque de arco de Crivelli y, tras dejarla picar, ensayó un derechazo seco, desde 25 metros, que se clavó abajo contra el palo derecho del arquero.

En el complemento, Talleres sumó un enganche más con el ingreso de Cristian Zárate. El elenco cordobés adelantó sus líneas y Unión intentó aprovechar la velocidad de Arrúa en las réplicas. Y a los 5', el ex Cadetes envió un buen centro para Klusener, que fue oportunamente interceptado por Ribonetto.

Con una postura más agresiva, los cordobeses generaron una situación clara a los 13', cuando Trulls cambió de frente y Zárate ensayó un remate “venenoso”, que pasó muy cerca del palo derecho de Beltramella.

Unión estaba al acecho de una contra. Y en la primera que tuvo, facturó. Cuándo no, de la mano de Klusener. A los 15', Sandoval metió un gran pase de tres dedos para el goleador, que le ganó en la carrera a Ribonetto, eludió al ex Rosario Central y definió con clase ante el achique de Crivelli. Intratable, el ex Defensa y Justicia aprovecha el plus de tener la confianza por las nubes.

El golpe de gracia llegó de inmediato. Porque Sandoval mantuvo su función asistidora y ensayó otro pase en profundidad para Klusener. Y el “9”, sin egoísmo, aplicó la inteligencia para “servirle” el gol a Arrúa, que puso el 3 a 0 con el arco a su disposición a los 19'.

Con la ventaja, Unión se dedicó a manejar la pelota. Dominó a un rival sin respuestas, que ni siquiera mostró orgullo para apuntar al descuento. De esta manera, el “Celeste” cerró una noche que quedará en el recuerdo de un club de barrio que le mojó la oreja a un grande del interior del fútbol argentino.

Unión 3-0 Talleres (Goles)

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