domingo, 20 de junio de 2010

Perdió la primera local

Fuente y foto diario la capital.

por Sebastián Arana
arana@lacapitalmdq.com

Puede sostenerse que la superioridad numérica con la que San José encaró el segundo tiempo, tras la expulsión de Fortunato, fue decisiva para entender el resultado.
Pero hay cosas que no mide la lógica. Y que igualmente pesan a la hora de inclinar la balanza.
Javier Luque, desde hace años dueño indiscutible de la "5" de San José, hace cuatro fechas que juega con un desgarro en el cuadriceps. Durante la semana, apenas entrena. Pero sabe que su equipo lo necesita y no quiere salir. Nadie diría viéndolo jugar que tiene algún inconveniente. Corre y mete como siempre. En cancha seca. O, como ayer, barrosa. Le pone el corazón y va para adelante. Tanto que a los 36' del complemento, después de correr casi toda la tarde, llegó hasta abajo del arco para empujar un remate rasante de Vuoso que iba a perderse por el segundo palo. Y así definió un partido que, pese a la superioridad numérica "santa", era parejo.
El factor anímico, en consecuencia, pesó tanto o más que cualquier otro para entender este 2-1 de San José sobre Unión que cambió todo el panorama de la competitiva zona A. El derrotado perdió la punta a manos de General Urquiza y ahora comparte el segundo lugar con Círculo. Y el propio "Sanjo" y Atlético Mar del Plata están ahí nomas.
En una cancha que había empezado la tarde relativamente en buen estado y que se fue deteriorando con el transcurrir de los partidos, San José y Unión protagonizaron un duelo parejo.
El conjunto de Marcelo López, hasta ayer líder, no se sintió cómodo casi en ningún momento de la tarde. No fue peloteado, ni mucho menos, pero nunca pudo asumir el control del partido.
San José, con mucha disciplina táctica, no lo dejó crecer desde el medio, protegió también el paso al ataque de Darío Fernández, marcó al centímetro a los dos puntas (el pibe Ogas, más movedizo, pesó más que Collantes) y tuvo a Zabala en una gran tarde para cruzar a espaldas de todos y desbaratar cualquier ataque de Unión.
Como si fuera poco, fue el más claro de los dos cada vez que Insaurralde tomó la pelota. Enseguida, a los 7', el "9" ingresó al área apareado por Fortunato y el central tocó instintivamente la pelota con la mano. Bukmeier cobró penal y Vuoso lo cambió por gol.
No pudo, de todos modos, defender mucho tiempo esa ventaja. La movilidad de Ogas enseguida le permitió equilibrar el resultado. El pequeño delantero desbordó por la derecha, juntó dos marcas, y envió un centro pasado que Miño conectó con un cabezazo cruzado y de pique al suelo, imparable para Arduini.
La paridad fue total en el resto de la primera parte. Pero, a un minuto del final, Fortunato, que había sido amonestado en la jugada del penal, recibió su segunda amarilla por una falta pueril a Blandi y dejó a su equipo con uno menos.
En inferioridad numérica, Unión no pudo tirar sobre la mesa la carta de su habitual gran rendimiento físico para inclinar la balanza. La pulseada continuó, pareja, en la mitad de la cancha.
Pero San José, que si no ganaba se despedía de sus chances de clasificación, echó el resto en el cuarto de hora final. Sobre la media hora, Quinteros tapó en forma magnífica un remate a quemarropa de Palomeque y Blandi demoró una eternidad en empujar la pelota que había quedado picando a espaldas del arquero y se la "sacaron del buche".
Y cuatro minutos más tarde, Vuoso escapó otra vez por izquierda y disparó cruzado y bajo. La pelota se iba, pero Luque metió un pique para aparecer casi abajo del arco y la empujó en el segundo palo para poner el 2 a 1 definitivo, después asegurado entre Arduini y Zabala, quienes en tiempo de descuento salvaron una llegada franca de Miño. Urquiza, Círculo y Mar del Plata, agradecidos.

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